En Chile, el cese de convivencia es un proceso legal que se refiere a la separación de hecho de una pareja que convive sin estar casada. Aquí te indico los pasos generales que se pueden seguir para realizar un cese de convivencia:
- Acuerdo entre las partes: Idealmente, ambas partes deben estar de acuerdo en poner fin a la convivencia. Este acuerdo puede incluir aspectos como la división de bienes, el cuidado de hijos (si los hay), y otros aspectos relevantes para la separación.
- Documentación: Aunque el cese de convivencia no requiere de una formalidad específica como el divorcio, es recomendable documentar el acuerdo por escrito, ya sea en un contrato privado o mediante la asistencia de un abogado para formalizarlo.
- Notificación al arrendador o propietario: Si la pareja vive en una propiedad arrendada, es importante notificar al arrendador sobre el cese de convivencia para evitar problemas legales relacionados con el contrato de arriendo.
- Consideraciones legales: Es importante tener en cuenta que el cese de convivencia puede tener implicaciones legales, especialmente en términos de propiedad y custodia de hijos. Es recomendable buscar asesoramiento legal para asegurarse de que todos los aspectos estén debidamente cubiertos y protegidos.
- División de bienes: Si la pareja comparte bienes, es necesario acordar cómo se dividirán. En caso de desacuerdo, se puede recurrir a la mediación o a un proceso legal para resolver la situación.
- Cuidado de hijos: Si hay hijos en común, es fundamental establecer un acuerdo sobre su cuidado y manutención. Esto puede incluir aspectos como la custodia, el régimen de visitas y la pensión alimenticia.
- Registro civil: Aunque el cese de convivencia no requiere de un trámite formal ante el Registro Civil, es importante actualizar cualquier documento oficial que pueda verse afectado por la separación, como el estado civil o los registros de propiedad.
Es importante destacar que, aunque el cese de convivencia no requiere de un proceso formal como el divorcio, es fundamental asegurarse de que todos los aspectos legales y financieros estén debidamente resueltos para evitar conflictos futuros. En casos más complejos o en los que no se pueda llegar a un acuerdo amistoso, puede ser necesario recurrir a la mediación o a la asistencia legal.